La gente es imbécil + Cosas que me pasan de verdad (O el "Robobo de la jojoya)

Como domingo invernal de los aburridos de pasar la resaca y ver el fútbol, he ido con los primos Pina al “Mini Golf” nuevo, que es el viejo pero en otra ubicación. Siempre he oído que ahí hacen muy buenas hamburguesas y aunque mi resaca estomacal me decía: “vomita” nada más llegar me han apetecido. Corroboro que están muy buenas y que hablando de esto me está dando hambre (otra vez).

Había bastante gente, la zona de la tele es pequeña y todas las mesas estaban ocupadas, lo que nos ha obligado a ver el partido desde la barra (cerveza casi a mano, eso no puede ser malo).

Durante el primer tiempo, aparte de espesor en el juego del Madrid, ha empezado a llover débilmente. Mi curiosidad, el humo del cigarro de un tío que tenía adosado a la nuca y más de45 minutos con el culo en el asiento han hecho que me levante y paseara un poco. No me he ido muy lejos y estaba mirando las fotos de la Torrevieja del 80 que había encima de la barra, cuando por el rabillo del ojo he visto que un chico que estaba sentado en un taburete a un metro de la barra se ha sentado donde yo he estado sentado, en ese momento he comentado al Pinica: “El robobo de la jojoya” (película de Martes y 13 por todos los mayores de 21 recordada), porque creía que me estaba robando el sitio. Pero en realidad lo que había pasado es que el fumador que estaba a mi espalda cuando yo veía el partido había cogido mi taburete y había producido el hueco que más tarde ocuparía el otro chico.

Entonces he pensado que no importaba, que cuando terminara el descanso le pediría amablemente que me diera mi silla y yasta. Pero no sé por qué no lo he hecho, quizá porque no sabría si abordarle con esa amabilidad o de manera hostil. La primera podría haberme dejado en una posición de debilidad, ¿Después de que ese tío cogiera mi silla iba a pedirle con delicadeza que me la devolviera? Si me decía que no tenía un plan B, colocarme delante suya y hacer una protesta silenciosa impidiéndole ver la tele. La segunda podría haberme llevado a una confrontación física a la que no estoy acostumbrado y no querría perder, lo que también me posicionaría como un débil.

Durante el descanso me he percatado de que le acompañaba una niña de unos 6 años, lo que me ha recordado un incidente que tuvo lugar en la Expo del 92 y que puede que algún día cuente. Podría decirle algo a la niña en plan “tu padre se ha ido por ahí”, apartarla de su vista y obligar a abandonar su asiento. Pero pudiera ocurrir que la niña no me hiciera ni puto caso, que se chivara a su padre y provocara la confrontación física antes mencionada.

Ha terminado el descanso y me mantenía de pie, mientras pensaba que esa niña iba a facilitar que yo pudiera sentarme otra vez. A los cinco minutos ha reclamado la atención de papá para ir al aseo. Él ha dejado su chaqueta vaquera en el taburete como diciendo: “aquí pongo esto yo y ya se sabe que estoy”. Así que cuando se ha levantado he hecho lo mismo que él: coger su chaqueta, ponerla encima de la barra y coger mi taburete al grito de: ¡SORPRESA!
Posted on 7:34 by Rafa Banana and filed under | 1 Comments »

1 comentarios:

Pina dijo... @ 25 de noviembre de 2009, 1:30

No sabia yo de la existencia de estos escritos hasta hoy dia. Por cierto...jajaja muy bueno esete artico, ahora mismo estoy acordandome de ello y me rey muchisimo. Salud

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